Esta es la historia de una niña, que soñaba llegar a ser maestra. Niara nació en un cálido día en medio del desierto. Su madre murió a causa del parto, en las jaimas no existen unas condiciones óptimas de higiene. Se crio en el seno de una tribu bereber, con cinco hermanos carnales. El hecho de ser la menor no le ofreció una vida mejor, apenas aprendió a caminar ya se encargaba de tareas de limpieza y cuidado de los animales.
La chiquilla quedo fascinada al descubrir un libro muy antiguo, rebosante de bellísimas ilustraciones y de símbolos indescifrables para ella, no sabía leer. La niña pidió permiso a su padre para aprender, pero este le negó el derecho por ser una niña. Así, decidió pedirle ayuda a su hermano mayor para aprender a leer y descubrir el fascinante mundo que se mostraba ante si en los libros, este acepto con la condición de llevar a cabo la misión a espaldas de su padre. Admiraba tanto a su querido hermano mayor, que decidió ser como él, quería enseñar a otros niños las historias que cuentan los libros.
Cuando Niara cumplió 6 años sabía de memoria todas las historias que relataban los pocos libros que llevaba consigo la tribu. Escribía con aceptable caligrafía gracias a su hermano. Un buen día, el padre descubrió lo que sucedía entre Niara y su hermano. Este fue duramente reprendido ya que distraía a su hermana en sus labores.
El que a Niara se le prohibiese el acceso a la pequeña biblioteca fue un duro golpe, aunque ya se los sabía de memoria ansiaba seguir aprendiendo de ellos. La niña tomo una difícil decisión, dejo atrás su pasado y se aventuro ella sola emprender un camino, con la única meta del saber.
Aprovecho la estancia de la tribu en un pequeño pueblo, a medianoche emprendió su huida. No sabía a dónde ir, pero sabía que quedándose con su familia no conseguiría su ansiando sueño. Deambuló por las calles, hasta que se topó con un grupo muy numerosos de niños, todos ellos desnutridos y sucios, eran huérfanos, eran niños de la calle. Al verla todos corrieron alborotados para descubrir quién era su posible nueva compañera, la niña se asusto al verlos, pero se tranquilizó al ver que no querían hacerle daño. Al amanecer, ya sabia la historia de todos ellos, ella no quería esa vida, ansiaba el saber pero no a consta de esa situación, sabía que ella no sobreviviría en un terreno tan hostil. Decidió volver a su hogar.
En el camino la abordo un hombre de mediana edad, este le pregunto que a donde iba con tanta prisa, la niña le conto su historia, el hombre pareció conmocionado, y le hizo una proposición, si le acompañaba, el se encargaría de su educación. La niña, emocionada, accedió sin reparos. Cuál fue su sorpresa al encontrase que había gato encerrado, en aquel lugar un hombre se encargaba de enseñarle, a ella y a los demás niños que se encontraban en aquel lúgubre lugar. Sin embargo, la mayor parte del tiempo no era para aprender, sino que era utilizada para mendigar.
Al paso de los años, Niara creció deprisa, el conocimiento la convirtió en una jovencita muy inteligente. Pero en el mundo donde residía una mujer no cuenta por su inteligencia, sino por su belleza, o eso debió pensar aquel hombre que la encontró hace diez años. La belleza deslumbrante de la chica se volvió en su contra, ya no ganaría tanto mendigando, como ejerciendo la prostitución. Ella, una chica inteligente, se negó, y gracias a lo que aprendió durante esos años, supo que si había salida, y supo de inmediato que lo mejor sería escapar de aquel espantoso lugar. Pero por ella pagarían mucho más dinero en un país más rico, ello pensó, que tal vez tuviera más oportunidades una vez se hubiera marchado fuera.
Por eso espero a salir del país en manos de la mafia de inmigrantes que se encargo de ella, una vez hubo cruzado la frontera, todo fue mucho más fácil. Al ser menor y no tener familia conocida se quedo a cargo de aquel estado. El cual le proporciono comida, techo, y lo que ella mas ansiaba, seguir aprendiendo. Cuando cumplió la mayoría de edad, aunque esta no había tenido las mismas oportunidades que los demás niños, consiguió una beca para estudiar en una universidad, al fin conseguiría lograr su sueño, llegaría a ser profesora.
Después de terminar su carrera de forma brillante, decidió que, al igual que hizo su hermano por ella, ella debería de devolver ahora ese favor. Decidió volver a su país de origen para enseñarles a los niños, que existe un futuro más allá de la mendicidad, de la pobreza o de la hambruna.
Se sintió gratamente recompensada al ver como todos esos niños se mostraban tan fascinados como ella cuando aprende. Pero la mayor gratificación llego al ver como su padre llamaba al timbre de su casa. Era un hombre muy mayor, sus arrugas descifraban las condiciones en las que había vivido. Ella no pudo evitar sentirse emocionada al verlo, su padre no pudo evitar sentirse orgulloso de ella por lo que había conseguido ella sola. A la vez, recibió una mala y una buena noticia, su hermano mayor murió a causa de un ataque de una tribu rival, sintió que se le venía el mundo encima, su hermano, aquel que le había abierto un mundo nuevo lleno de posibilidades. Si era profesora era gracias a el. Pero la pena dejo paso a la satisfacción y la alegría que le proporcionaba enseñarles a los mismos niños de su queridísimo hermano. Para ella, la mejor forma de darle las gracias a su difunto hermano, gracias a él, y gracias a los hijos de este, Niara llego a sentirse realmente, maestra.
NOMBRE: ANTONIO JESÚS RUIZ LÓPEZ
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