En el pueblo africano de Arbore situado en Etiopía y más concretamente en el extremo suroeste de la región Omo, cerca del lago Stefanie; nació una niña llamada Maya. Ella vive con sus padres y cuatro sus cuatro hermanos en una pequeña cabaña cercana al río de su poblado.
Durante los cien últimos años, la vida del pueblo Arbore ha estado marcada por los constantes enfrentamientos con los pueblos vecinos, para hacerse con el control de las tierras de pasto para sus ganados; esto unido a la falta de recursos ha ocasionado que la familia de Maya y en general su poblado se encuentren en la pobreza.
Era tradición que en las distintas familias del poblado los niños al alcanzar una edad cercana a los doce años se ocuparan del ganado y las niñas desde pequeñas ayudasen a sus madres en la limpieza de la casa.
Maya desde un principio creció y se crió como una niña feliz y con ganas de vivir y estudiar. Al cumplir la niña los diez años se había convertido en una gran estudiante y una buena hija, que alternaba los estudios con el cuidado de la casa por las tardes. Igualmente sus cuatro hermanos, a pesar de su corta edad entre diez y dieciséis años, todos estaban ya trabajando en el negocio familiar del ganado.
Su maestra era una mujer muy luchadora y estaba intentando sacar adelante la educación del poblado, pero la falta de recursos como unos simples libros más actuales o clases de mejor calidad impedía un aprendizaje que fueran más allá de saber leer y escribir, debido a esto la mayoría del pueblo de más edad eran analfabetos. La maestra se dio cuenta de la gran capacidad intelectual de la pequeña Maya. Hablo con sus padres sobre su futuro, pero estos decían que su sitio estaba ayudando en la casa.
Al cabo de un tiempo llegaron unas ayudas escolares a Etiopía para estudiar en Europa una vez superada la primaria. La maestra luchó para que la niña tuviese esa oportunidad. Al cabo de un tiempo Maya fue una de las seleccionadas y a pesar de los impedimentos de su familia marchó a Europa.
Pasados veinte años fue una importante arquitecta en España y tras varias visitas a su país durante sus años de estudio, entabló una gran amistad con su antigua maestra.
Maya al sentirse una afortunada por la oportunidad que tuvo decidió construir en su poblado una mejor escuela con todos los recursos necesarios para que todos los niños tuvieran una adecuada formación, y para asegurarse del futuro de la escuela nombró directora a su maestra.
NOMBRE: ALBERTO URRACO HINOJOSA
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